Coche de entrada: lo hay, pero se acabó
La versión más barata de los modelos generalmente solo se usa como señuelo para llevar al cliente al concesionario
La versión más barata de los modelos generalmente solo se usa como señuelo para llevar al cliente al concesionario
Una de las pequeñas mentiras que a algunas fábricas les gusta aplicar en el mercado es el llamado coche de «entrada». El coche de entrada es el más desprovisto de accesorios y equipamiento.
Por lo general, esta versión también tiene llantas de acero en lugar de aluminio, sin cuero en la tapicería y, como dicen, bien desplumadas. A pesar de no tener muchos atributos, esta propuesta atrae a muchas personas porque es más barata.
Por lo tanto, el cliente entra en el concesionario y pide el coche, dice que lo vio en Internet y le pareció muy atractivo el precio. Ahí es donde viene el truco, porque ¿cómo le explica el vendedor al cliente que ese coche no existe?
Lo cierto es que en muchos casos, este coche de entrada nunca se produjo, pero ya ha cumplido su función de atraer a los clientes que creyeron en él. Y ahora le toca al vendedor la complicada misión de hacer que el cliente pague mucho más por llevarse ese coche.
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